Preparación de una terraza para su impermeabilización
Cuando una terraza es transitable, el uso que se hace de ella, provoca que su deterioro sea mayor y la posibilidad de que aparezcan las humedades mucho mayor que en terrazas o cubiertas no transitables.
Cuando hay que impermeabilizar una terraza lo primero que hay que plantearse es si se va a realizar la operación por encima del solado existente o bien si se va a levantar el solado que que hay. Muchas veces esta elección va a depender del estado del solado y del presupuesto.
En primer lugar va a tenerse que sanear el suelo existente, en el caso que se vaya a conservar. Se trata de eliminar y desinfección normalmente mediante los microorganismos y hongos que van depositándose en el suelo con el tiempo. Normalmente esto se conseguirá mediante una solución de un material especial en agua y la aplicación mediante agua a presión.
A continuación es sumamente importante la reparación y comprobación del estado de las zonas críticas, o zonas que están más expuestas a la degradación y por lo tanto potencialmente zonas por donde se puede filtrar agua. De hecho, son las zonas por donde empiezan a crearse las humedades: juntas con los muros de cerramiento, desagües, fisuras… estas zonas deben ser consolidadas con materiales especiales y restauradas con masillas, en caso necesario.
Una vez realizados estas maniobras es el momento de elegir el sistema de impermeabilizado. Puede utilizarse tela asfáltica, membranas especiales de PVC u otros materiales o pinturas impermeabilizantes.
En todo caso, sea cual sea la forma de impermeabilización, es recomendable que el material utilizado sea altamente resistente a los cambios de temperatura, elástico, resistente a las agresiones medioambientales, impermeable al agua, permeable al vapor, resistente a la alcalinidad del soporte y de fácil mantenimiento. Mediante el uso de cualquier material que reúna estas características se puede asegurar el éxito de la impermeabilización y evitar humedades posteriores.